HA ARRIBAT L'HORA DELS NASCUTS EN EL 2004

EL CURS DE CONFIRMACIÓ ESTÁ CALFANT MOTORS I PROMPTE ELS NASCUTS EN EL 2004 I REBREU LA INVITACIÓ PER A PARTICIPAR EN LA PREPARACIÓ PER A CONFIRMAR-VOS.

HI HA QUI NO ENGANYA A JESÚS I SI QUE TREBALLA PELS DEMES

SOM CAPAÇOS DE TENIR EL MATEIX COR QUE JESÚS

LO QUE CUENTA PARA JESÚS ES NUESTRO VIVIR DIARIO

Domingo 1 de octubre
26 del tiempo ordinario
Mateo 21,28-32

Son muchos los cristianos que viven su fe cómodamente sin que su vida se vea afectada por ella. Cristianos que se desdoblan y cambian de personalidad, según se arrodillen para orar a Dios o según se entreguen a las ocupaciones diarias. Jesús no entra para nada en su familia, en su trabajo, en sus relaciones, en sus proyectos o en sus intereses. La fe queda convertida en una costumbre…
¿Quién sospecha hoy realmente que los alcohólicos, vagabundos, pordioseros y todos los que forman el desecho de esta sociedad, puedan ser un día los primeros?
¿Quién se atreve a pensar que las prostitutas, los heroinómanos, o los afectados del Sida pueden preceder a no pocos cristianos en la Vida? Sin embargo, aunque ya casi nadie lo digamos: los indeseables y rechazados, tienen que saber que el Dios revelado por Jesús, sigue siendo su amigo.
Todos hemos de preguntarnos, con sinceridad, qué significa realmente Jesús en nuestra vida diaria. Lo que se opone a la fe no es, muchas veces, la increencia, sino la falta de vida. ¿Qué importancia tiene el credo que confiesen nuestros labios, si después falta en nuestra vida el mínimo esfuerzo sincero para seguir a Jesús? ¿Qué importa -nos dice Jesús en la parábola- que un hijo diga a su padre que va a trabajar en la viña, si luego en realidad no lo hace? Las palabras, por muy hermosas que sean, no dejan de ser palabras. ¿No hemos reducido, con frecuencia, nuestra fe a palabras, ideas o sentimientos? ¿No nos olvidamos con frecuencia de cuál es la voluntad de Dios?
La verdadera fe, hoy y siempre, la viven aquellos hombres y mujeres que traducen en vida el evangelio
Nuestra desgracia es la envidia. La mezquindad.

¡Que seamos capaces de tener el mismo corazón de Jesús!

JESÚS SOLO HAY UNO, LO DEMÁS NOS LO INVENTAMOS NOSOTROS

Domingo 24 de septiembre
25 del tiempo ordinario
Mateo 20,1-16

¿Qué pensamos de Jesús? Es una pregunta fundamental que todos los creyentes debiéramos de planteárnosla con cierta frecuencia. Porque hemos de reconocer que quizá sin darnos cuenta, tendemos a construir un Jesús a nuestra imagen y semejanza. Y le atribuimos a Jesús nuestros rasgos, nuestra manera de pensar y de vivir… con lo que corremos el riesgo de construir una caricatura de Jesús. Y tendríamos que preguntamos ¿qué Jesús es el que rechazan muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo: el de Jesús de Nazaret o la caricatura que los cristianos hemos puesto en circulación?      
            ¿Cómo puede hoy un hombre encontrarse con Jesús?
Si se acerca a los creyentes es muy posible que nos encuentre rezando no al Jesús verdadero, sino a un pequeño ídolo sobre el que proyectamos nuestros intereses, miedos y obsesiones; y al que muchas veces pretendemos utilizar.
Un Jesús que es acogida y ternura nunca podrá ser descubierto por los hombres si ven en nosotros: personas insolidarias, frías y calculadoras, que lo único que les interesa es acrecentar su propio poder o su bolsillo. Un Jesús que es mirada misericorJesúsa, perdón que acoge, no podrá ser captado por los hombres si ven en nosotros personas que vivimos en continua tensión con quienes nos rodean, si nuestro corazón y nuestra boca rezuman constantemente rencor, envidia y odio…
Un Jesús que es Padre y que nos invita a su mesa, para alimentarnos de su amor y de su vida… ¿cómo van a creer en él? Quienes después en nuestras conversaciones habituales nos escuchan a los que venimos a Misa que despellejamos al sacerdote o nos despellejamos entre nosotros… con todo tipo de chismes y de cuentos… ¿Con qué Jesús se encuentran ahí? ¿En qué Jesús creen?..
Mal servicio se hace a la causa de Jesús, presentando las prácticas religiosas como sistemas de intercambios, negocios y ganancias, Como si el Padre de Jesús y Padre nuestro estuviera, a todas horas con el libro de cuentas en la mano para luego pagarle a cada cual lo que se ha ganado. A mí me parece que Jesús se merece un poco de respeto y nada tiene que ver con todos estos chalaneos humanos… Desterremos en nuestras relaciones con Jesús la calculadora y el comercio… y dejémonos llevar por el corazón y la misericordia.

JESÚS ESTA ENAMORAT

PERDONAR FINS I TOT DESPRÉS QUE ESTIGUEM ESGOTATS DE PERDONAR.

JESÚS NOS INVITA A PERDONAR HASTA EN LOS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES

Domingo 17 de septiembre
24 del tiempo ordinario
Mateo 18,21-35

Jesús me manda hacer cosas imposibles: amar a mis enemigos, bendecir y orar por los que me insultan, servir gratis, sin esperar ni siquiera las gracias y me manda, lo que no quiero ni puedo hacer, PERDONAR a los que me critican.
Corrie Ten Boom cuenta en su autobiografía que terminada la guerra y liberada de un campo de concentración Nazi predicó un sermón en la iglesia sobre el PERDÓN.
Al terminar el sermón, un hombre, con una mano extendida y una gran sonrisa, se dirigió hacia ella.
Corrie lo reconoció; era el jefe de los vigilantes del campo donde ella y su hermana habían estado encarceladas por haber escondido en su casa a unos judíos y donde su hermana había muerto.
El guarda le dijo: “Oh, Fraulein, le estoy muy agradecido por su mensaje poderoso. Qué alegría pensar que Jesús ha lavado todos mis pecados”.
Corrie, paralizada, no podía levantar la mano.
“Los pensamientos de venganza hervían dentro de mi, vi el pecado…y no podía hacer nada. No sentí la menor chispa de amor o caridad, así que susurré una oración en silencio. Jesús, no puedo perdonarle, por favor dame tu perdón”.
La oración ofrecida, pudo levantar la mano y estrechar la del hombre que la había torturado.
Historia de un perdón grande. Nuestra vida debería estar llena de perdones pequeños que son tan difíciles de ofrecer como los grandes.
La fuerza de perdonar de corazón no es nuestra, se la tenemos que pedir a Jesús que es el que nos manda perdonar como condición para ser perdonados.
Conversaban dos hombres un día y uno le confiesa al otro, cada vez que discuto con mi mujer se pone histérica. El otro le dice, eso no es nada, la mía se pone histórica.
¿Qué quiere decir histórica? Le pregunta.
Que me suelta la letanía de todos mis defectos y desprecios y errores que he cometido desde el día primero que nos conocimos.
Todos nos ponemos históricos porque ni hemos perdonado ni olvidado. Somos prisioneros del pasado, de unas relaciones familiares, sociales o comunitarias que nos quitan la paz, nos impiden ser felices y libres y cristianos de verdad.
El oficio de Dios es perdonar y lo hace bien y siempre. 
El cristiano es un ser que perdona. El PERDÓN es la llave maestra que sana todas las relaciones humanas.

70 VECES 7

PERDONA PERDONAT

EL PERDÓN NOS HARÁ GRANDES Y NOS LLEVARA A LA PAZ


Domingo 10 de septiembre
23 del tiempo ordinario
Mateo 18,15-20

La fraternidad es la primera consigna constitucional para la Iglesia. La constitución de la Iglesia tiene -podríamos imaginar- este artículo fundamental: “Todos sois hermanos. Comportaos como hermanos”. Una fraternidad no sentimental o puramente humanista, sino fruto de lo que constituye la fe cristiana: “Todos sois hijos de Dios. Comportaos como hijos del Padre que es Amor”.

La tribu Babemba de Sudáfrica celebra el siguiente ritual para corregir la conducta criminal o antisocial de sus miembros.
Si un miembro de la comunidad actúa irresponsablemente se le coloca en la plaza del pueblo. El trabajo cesa, y todos los hombres, mujeres y niños forman un gran círculo alrededor del acusado. Y uno a uno, incluidos los niños van diciendo las virtudes y todas las cosas buenas que el acusado ha realizado.
No se puede ni mentir ni exagerar ni inventarse nada. No se puede decir ninguna cosa negativa del acusado.
La ceremonia dura un par de días hasta que todos han tenido la oportunidad de contar sus bondades.
Al final el círculo se rompe, la fiesta comienza y la persona es acogida de nuevo en la comunidad. El acusado se siente fortalecido y animado a vivir de acuerdo con las normas e ideales de la comunidad.
El mal existe, las conductas antisociales existen, el pecado existe a mi alrededor y dentro de mí. Y el pecado existe en la comunidad de Jesús. Somos una comunidad de pecadores.
En el evangelio de hoy Jesús nos dice cómo hay que resolver las situaciones conflictivas, cómo hay que tratar al pecador, a los hermanos.
La iglesia es responsable de la vida cristiana de todos sus miembros. Su misión es la de reconciliar a todos con Dios y a los hermanos con los hermanos.
Que ninguno se pierda. Que ninguno almacene el veneno del odio.

DESPERTEU, ¡PER L'AMOR DE DÉU!

SI TENIM FE, ES POT VIURE SEGONS L'EXEMPLE DE JESÚS

TÚ, CRUZ ME SALVARAS

Domingo 3 de septiembre
22 del tiempo ordinario
Mateo 16,21-27

Negarse a sí mismo es una expresión oriental que significa sencillamente “vivir de cara a los demás, vivir para los otros, no ser egoísta”.         Pero ¿cómo ha interpretado la teología espiritual esta frase? Por “negarse a sí mismo” ha entendido fundamentalmente refrenar, reprimir, moderar el cuerpo con sus bajos instintos, ocasión de pecado, casi siempre contra el sexto mandamiento. El cuerpo ha tenido en la moral católica de siglos una coloración negativa y pecaminosa.
La segunda condición para ser cristiano es “cargar con la cruz”. Y también aquí la teología ha desvariado. Donde Jesús dice “cargar” ha leído “buscar la cruz”, sacrificarse, resignarse con los contratiempos de la vida. La cruz, la provocativa cruz de Jesús, se ha convertido en un objeto amable que hay que buscar, fuente de resignación y alienación hasta el punto de hacer del cristianismo “la Religión de la Cruz”. Jesús, en cambio, aconseja cargar con ella cuando la coloquen sobre nuestros hombros quienes, al vernos vivir de cara a los demás, nos traten de tontos y se rían de nosotros, intentando acabar con nuestro estilo de vida.
Negarse a sí mismo y cargar con la cruz es necesario para “seguir” a Jesús. Y donde dice el Evangelio “seguir” decían los directores espirituales “imitar, ser como Jesús”. Al proponerse un modelo tan alto, el creyente experimentaba a diario el fracaso. Era imposible ser como el Maestro. Pero Jesús no dice que lo imitemos, sino que lo sigamos. Que cada uno encuentre su modo de ser y vivir de cara a los demás y así lo siga hasta la muerte, con la convicción, basada en la fe, de que el final no es la cruz, sino la resurrección, la vida, la alegría definitiva.
Al hacer del cristianismo la Religión de la Cruz, entendida como término y no como tránsito, hemos hecho de él una religión para gente triste, recelosa y masoquista. Una religión para los aguafiestas de la vida.

El cristianismo ha de ser la Religión de la Vida y el Gozo. Que asume que “el amor es más fuerte que la muerte”, como dice el Cantar de los Cantares. Aunque sea capaz de aceptar el dolor como condición para vivir el gozo, la alegría y el amor.