EL DÍA 2 DE FEBRER EN VALÈNCIA

ESTÀS CONVIDAT A SEGUIR A JESÚS

UN MUNDO DE HERMANOS ES EL REINO QUE JESÚS QUIERE


Domingo 26 de enero
3º del tiempo ordinario
Mateo 4,12-23

Jesús empieza su predicación haciendo suyas las palabras de Juan: “enmendaos”. Hay que empezar por una liberación personal lo más profunda que sea posible: hay que mirarse por dentro, descubrir hasta qué punto somos responsables o cómplices del sufrimiento de los demás y tomar la determinación de cambiar de actitud y de comportamiento. Y después creer que el proyecto de humanidad que Jesús llama “el reino de Dios” es, en verdad, buena noticia y confiar en que ese proyecto/buena noticia se va a realizar: “cambiad de actitud y tened fe en esta buena noticia”.
Lo que Jesús nos quiere comunicar no es un método para alcanzar la perfección individual. La nueva realidad no es sólo el ser más buenos. La de Jesús es una empresa colectiva, es un proyecto para organizar la convivencia. Por eso empieza buscando un grupo de personas que acepten su proclama, que vivan con él y, después de conocerlo y de experimentar la bondad de aquella noticia, se conviertan en impulsores de esa empresa colectiva, que es el mundo del amor. Ellos tendrán que proponer a otros hombres el proyecto de un mundo de hermanos -éste podría ser otro modo de llamar al reino de Dios-, ellos tendrán que ser pescadores de hombres: portadores de la buena noticia para ofrecerla a todos los que tengan hambre y sed de pan, de paz, de igualdad, de justicia, de amor…, invitándolos a organizar entre todos el mundo de tal modo que todas esas hambres encuentren hartura. Deberán ser buena noticia para que el mundo pueda llegar a ser fuente de buenas noticias.
A nosotros compete hoy esa tarea, pero es posible que un día nos pidan cuentas por habernos presentado como portadores de la buena noticia (evangelio = buena noticia) y nos hayamos dedicado a dar malas noticias, pues la peor noticia para este mundo sería que el reino de Dios es asunto de otro mundo.

FES QUE NO ESTIGUEN SOLS

MANTINGUES LA TEUA LLUM ENCESA, PER XICOTETA QUE SIGA....

DEDIQUÉMONOS A HACER UN MUNDO FESTIVO Y FRATERNO


Domingo 19 de enero
2º del tiempo ordinario
Juan 1,29-34

Ya sé que no está de moda hablar del “pecado”.
Dice el Sr. J. Jáuregui: “Pecar es renunciar a ser humanos, dar la espalda a la verdad, llenar nuestra vida de oscuridad. Pecar es matar la esperanza, apagar nuestra alegría interior, dar muerte a la vida. Pecar es aislarnos de los demás, hundirnos en la soledad. Pecar es contaminar la vida, hacer un mundo injusto e inhumano, destruir la fiesta y la fraternidad.
Por eso, cuando Juan nos presenta a Jesús como «el que quita el pecado del mundo», no está pensando en una acción moralizante, una especie de «saneamiento de costumbres». Está anunciándonos que Jesús está de nuestro lado frente al mal. Que Jesús nos ofrece la posibilidad de liberarnos de nuestra tristeza, infelicidad e injusticia. Que Jesús nos ofrece su amor, su apoyo, su alegría, para liberarnos del mal”
Me tomo la libertad de hacer mía la frase del Sr. Jáuregui: el pecado es: “destruir la fiesta y la fraternidad”.
Estamos construyendo un mundo donde hay más lugar para el sufrimiento que para la fiesta, donde hay más espacio y medios para el enfrentamiento que para la fraternidad.
Ese es el pecado del mundo que Jesús vino a quitar… que nosotros debemos erradicar de nuestra sociedad.
Tu pasado déjalo en manos de la misericordia de Jesús, tu futuro confíalo a la bondad de Jesús, tu presente dedícalo a hacer un mundo más festivo y fraterno en el que todos puedan participar.
¡Sé feliz y procura que todos sean felices!

ENCARA SORT QUE JESÚS ENS RETORNA A LA VIDA

JESÚS ES UNO MÉS DE NOSALTRES

JESÚS SE JUNTA CON LA GENTE QUE NOSOTROS DESPRECIAMOS


Domingo 12 de enero
Bautismo de jesús
Mateo 3,13-17

Con frecuencia, se han preguntado los creyentes por qué se hizo bautizar Jesús. Su gesto resulta sorprendente. Juan el Bautista predica “un bautismo de arrepentimiento para el perdón de nuestras faltas”. ¿Cómo pudo, entonces, Jesús, el hombre justo y sin pecado, realizar un gesto que lo podía confundir con el resto de los pecadores?
Comparte la misma mesa con pecadores públicos, a los que nunca un judío piadoso se hubiera acercado. Ofrece su amistad a los sectores más despreciados por las clases “selectas” de Israel. Llegan a llamarle con desprecio “amigo de pecadores”.
Y están en lo cierto. Jesús se acerca a los pecadores como amigo. No como moralista que busca el grado exacto de culpabilidad. Ni como juez que dicta sentencia condenatoria. Sino como hermano que ayuda a aquellos hombres a escuchar el perdón de Dios, encontrarse de nuevo con lo mejor de sí mismos y rehacer su vida.
El bautismo no es un gesto extraño en Jesús. Es el gesto de un hombre que, al escuchar la llamada del Bautista, desea encontrarse cerca de los pecadores y solidarizarse con aquel movimiento de renovación que Juan pide al pueblo.
La denuncia firme de la falta de solidaridad, amistad, comprensión con los que creemos que no hacen lo correcto no está reñida con la cercanía al hombre y mujer caídos.
Cuántas veces esas personas que tan fácilmente condenamos, están necesitando más que nuestras críticas ligeras, una comprensión y una ayuda que les dé fuerza para renovar su vida.

OBRI LES TEUES PORTES ALS NECESSITATS


JESÚS SEMPRE AQUESTA OBERT A TOTA LA GENT

JESÚS SIEMPRE TIENE LAS PUERTAS ABIERTAS


Lunes 6 de enero
Adoración de los Reyes Magos
Mateo 2,1-12

Los magos vieron rápidamente a Jesús porque la cueva donde nació no tenía puertas.
A Dios le repugnan las puertas. Las quiere siempre abiertas para que todo el que quiera verlo y hablarle y adorarle no necesite ni llamar, ni tocar el timbre, ni pedir visita previa con hora fija.
Dios está abierto siempre y a todos. No hace distinciones. El Niño no se fijó si el uno era negro y el otro blanco y el otro amarillo. Ni se asustó viendo lo grandes que era los camellos. Sencillamente les recibió con una sonrisa.
El Dios de la Epifanía no es el Dios de las puertas cerradas.
Tampoco a Jesús hay que pedirle visita previamente.
Es el Jesús de las puertas abiertas a todos.
Es el Jesús que siempre está disponible a recibirnos.
Es el Jesús que nunca está ocupado para atendernos.
Es el Jesús que siempre está disponible para todos nosotros, llevemos oro, incienso y mirra, o simplemente llevemos la cesta de la compra.
¿Por qué nosotros no empeñaremos tanto en encerrar a Jesús?
Solemos decir: “Que todo el año debiera ser Navidad”. Y estoy de acuerdo. Pero yo añadiría: “Todos los días debiera ser Epifanía”, Jesús con las puertas abiertas dispuesto a recibirnos a todos y a aceptarnos y charlar con todos. Jesús que cada día nos dice: “Pasad, la puerta está siempre abierta”.