JESÚS NOS INVITA A TRABAJAR POR UN MUNDO MEJOR Y MÁS SOLIDARIO


Domingo 18 de agosto
20º del tiempo ordinario
Lucas 12,49-53

No son fáciles las palabras de Jesús: “No he venido a traer paz al mundo, sino división. En adelante una familia estará dividida… el padre contra el hijo y el hijo contra el padre… ¿Se contradice Jesús cuando afirma: “mi paz os doy”? ¿Qué nos quiere decir hoy?
Es frecuente oír, incluso en ambientes cristianos, que ante todo es necesario observar la ley y el orden establecido. Es cierto que la ley y el orden son necesarios en toda sociedad, pero con frecuencia se defienden sin tener en cuenta si el orden establecido es o no es un auténtico desorden social en el que se garantizan o no los derechos de la persona; o si se ha logrado que las masas empobrecidas coman y encuentren trabajo, o si se han eliminado las guerras y las armas nucleares…
El Evangelio de Jesús no es belicoso, sino sembrador de paz, de justicia, de fraternidad para quien se comprometa a ser coherente con él. Y esto no siempre es “bien visto y compartido por todos”.
Quien quiera ser creyente en Jesús no puede ser fatalista, buscando, ante todo, tranquilidad y falsa paz. No puede ser inmovilista justificando el actual orden de cosas, sin trabajar con esfuerzo creador y solidario por un mundo mejor; ha de vivir y actuar movido por la aspiración de colaborar en cambiar la humanidad hacia la justicia y el establecimiento de un orden nuevo.