SAN JOSÉ, AL SERVICIO DE MARÍA Y JESÚS


19 de marzo fiesta de San José obrero.

Ciertamente la humanidad entera está en deuda con José. No se amilana, ni protesta, ni duda, no “arruga” diríamos hoy. Y cumple con toda eficacia. La Virgen y principalmente el Niño han salvado sus vidas. ¡Dios está en deuda contigo José!.... El hombre está mereciendo ser salvado por Dios, porque Dios se ha puesto en sus manos.
Todo está en el secreto, de modo que no sabemos cómo lo hizo, pero la huida a Egipto no parece una planificada retirada estratégica, sino que más bien es una fuga hasta el final. Viajar escondido, cruzar los desiertos, con una mujer y un niño inútiles para la ayuda y dependiendo totalmente de él.
No es además un simple escape de la ciudad. Posiblemente fueron perseguidos, porque más probablemente aún, los verdugos deben haber sospechado que no habían logrado cumplir su cometido final. 
Eso explica por qué cuando José regresa de Egipto, sabiendo que reinaba en la tierra de Israel el hijo de Herodes, teme ingresar allí y se desvía a Nazaret. El evangelista acota que se cumplirán las escrituras referidas al Mesías, que será llamado nazareno. 
Pues bien, cada vez que Jesús recuerde su vida nazarena, recordará a su padre José.


Volvamos. ¿Cómo hizo para fugarse entonces, siendo perseguido? Solo sabemos que lo hizo. Pero podemos inferir su valentía, su discreción y su sagacidad para obrar en silencio, y pasar sin ser visto.
Además, en su huida él representa anticipadamente a Jesucristo, el justo perseguido. Nótese que cuando van a matar al Niño, para poder hallarle, en realidad hay que hallar a José. La Virgen y Jesús dependen totalmente de él. Por lo tanto el perseguidor, para cumplir su macabra tarea, debe hallar al padre. Y en esto fracasa.
José un padre joven de sangre real y de profesión carpintero, es muy inteligente, y extremadamente prudente, pero además silencioso. Es como una sombra que pasa.