POR UN MUNDO MEJOR


Domingo 9 de noviembre
32 del Tiempo ordinario
Juan 2,13-22

"Solo podremos edificar un mundo mejor si nos edificamos,  primero, a nosotros mismos".

Ciertamente que en la vida de muchos cristianos puede ocurrir como en el caso de aquella joven que se empeñaba en gastar lo indecible en mil maquillajes para embellecer su rostro. Un día, estando delante del espejo acicalándose, se le acercó una amiga y le dijo: “Amiga: ¿por qué te empeñas en disimular tanta imperfección? ¿Por qué no dejas que brille la naturalidad que Dios te ha dado?”.

Los extremos son malos. La belleza del templo católico es precisamente la comunidad que celebra y se congrega dentro de él. La mayor inversión que podemos hacer es precisamente vivir lo que escuchamos dentro de cada espacio sagrado. Lo contrario… sería un maquillaje con sonidos de campanas, altas torres y bonitas fachadas… pero con poco cimiento y fundamento.