ACTUEMOS SIENDO BUENAS Y BUENOS SAMARITANOS


Domingo 21 de julio
16 del tiempo ordinario
Lucas 10,38-42

Una mujer salió de casa y vio a tres hombres con largas barbas blancas sentados a la puerta. No los reconoció. Ella les dijo: "Creo que no les conozco, pero deben tener hambre. Pueden entrar y comer algo"."¿Está el señor de la casa dentro?, preguntaron. "No", respondió la señora. "Está fuera". "Entonces no podemos entrar", contestaron. Al anochecer cuando llegó el marido, ella le contó lo que le había pasado. "Ve e invítalos". La mujer salió y los invitó. Pero ellos le dijeron: "Nosotros no entramos en una casa los tres a la vez". 
"¿Por qué?" les preguntó curiosa. Uno de los tres le explicó: "Ese es Sr. Riqueza y aquel es Sr. Éxito y yo soy Sr. Amor. Ahora entra en casa y dile a tu esposo quién de nosotros quiere que entre en su casa." "Qué interesante". Invitemos a Sr. Riqueza y que nos llene la casa con sus riquezas", dijo el marido. Su mujer no estaba de acuerdo. "¿Por qué no invitamos a Sr. Éxito? Su nuera que estaba escuchando saltó diciendo: "¿No sería mucho mejor invitar a Sr. Amor y así nuestra casa se llenaría de amor"? 
Los tres se pusieron de acuerdo e invitaron a Sr. Amor. El Amor se levantó y se dirigió hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y le siguieron. Sorprendida la señora preguntó a Sr. Riqueza y Éxito: "Solo invité a Sr. Amor, ¿por qué quieren entrar también ustedes?" 
Y los dos respondieron al unísono: "Si usted hubiera invitado a Sr. Riqueza o Sr. Éxito los otros dos se habrían quedado afuera, pero como invitó a Sr. Amor, adonde él va también vamos nosotros. 
Donde hay amor hay también riqueza y éxito. Todos hemos entendido el cuento hermoso de Jesús. Se titula el Buen Samaritano. El diccionario define al Buen Samaritano como "una persona excepcionalmente caritativa o servicial". Todos sabemos que Dios es amor. Todos sabemos que Jesús nos amó y dio su vida por todos. 
Todos sabemos que Dios no tiene acepción de personas. Todos sabemos que la verdadera religión, la única alabanza y la única fiesta es la del amor. Todos sabemos que los gestos de amor valen más que todas las palabras de amor. Todos sabemos que solo se salvan los que aman. El maestro de la ley que quiso poner a Jesús en apuros también sabía la respuesta a su pregunta: •¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?" 
Dios quiere que seamos el buen samaritano, que ve, se compadece y actúa. El amor humano ve y los ojos se llenan de lujuria y quiere poseer. 
El amor samaritano ve, se compadece y actúa. El amor humano ama a los suyos. El amor samaritano a los extraños los convierte en amigos. 
El amor humano pone límites y quiere respuesta. El amor samaritano no busca recompensa y no cuenta el coste. 
Jesús no dice que este samaritano sea un santo, no le llama tampoco héroe. Le llama con un nombre mejor: prójimo. 
Dios quiere que seamos prójimos. "Vete y haz tú lo mismo".