NO PODEMOS ESPERAR MÁS, JESÚS VIENE, ¿ESTAS PREPARADO?

Domingo 2 de diciembre
1º de Adviento
Marcos 13,33-37

El Adviento nos urge a no quedarnos demasiado satisfechos con lo ya conseguido, sino a mirar adelante con valentía, a seguir caminando, porque hay mucho que conquistar todavía. Lo que Jesús inauguró con su venida, hace ya veinte siglos, todavía está sin realizarse del todo. Es un programa vivo, más que historia. Y ese programa cada año lo iniciamos de nuevo con esperanza y energía.
El Adviento significa despertar. Abrir los ojos para descubrir a ese Dios cercano: a ese Jesús, el Mesías, que está en lo más íntimo de nosotros mismos, en la historia de cada día, en los nuevos rumbos de la Iglesia…
No es que Jesús tenga que “venir”. Él “está” siempre ahí. Los que “no estamos” somos nosotros, distraídos por mil cosas. Descubrirle presente, encontrarnos verdaderamente con Él: ese es el programa, gozoso y comprometedor a la vez, del Adviento. Un programa que afecta a toda nuestra vida, que puede revolucionar nuestros proyectos y que nos pone en actitud de búsqueda, de atención y de marcha.

Su presencia en la Eucaristía es el signo más concreto y eficaz de su presencia salvadora en toda nuestra existencia. Que estos domingos de Adviento nos ayuden a descubrir al Señor Jesús en nuestra vida. Eso es lo que dará confianza y ánimos a nuestro camino de cada día.