DIA MUNDIAL D'ORACIÓ PER LA PAU
No importa que el vídeo siga de 2017, aquesta tan vigent avui dia com fa un any.
MARÍA EJEMPLO PARA CREER EN LA PAZ
Lunes 1 de enero
Día de oración por la paz
María madre de Dios
Lucas 2,16-21
El mensaje del Papa para esta Jornada de
Oración de la Paz tiene como lema: “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres
que buscan la paz”, y dice: “Observando a los migrantes y a los refugiados,
esta mirada sabe descubrir que no llegan con las manos vacías: traen consigo la
riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por
supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones
que los acogen. Esta mirada sabe también descubrir la creatividad, la tenacidad
y el espíritu de sacrificio de incontables personas, familias y comunidades
que, en todos los rincones del mundo, abren sus puertas y sus corazones a los
migrantes y refugiados, incluso cuando los recursos no son abundantes.
Por último, esta mirada
contemplativa sabe guiar el discernimiento de los responsables del bien
público, con el fin de impulsar las políticas de acogida al máximo de lo que
«permita el verdadero bien de su comunidad», es decir, teniendo en cuenta las
exigencias de todos los miembros de la única familia humana y del bien de cada
uno de ellos”.
Y
que recaiga sobre nosotros la antigua bendición de Aarón: “El Señor nos bendiga
y nos proteja, ilumine su rostro sobre nosotros y nos conceda su favor. El
Señor se fije en nosotros y nos conceda la paz”.
UNA FORMA DIFERENT D'INICIAR EL NADAL
Els components de confirmació hem participat en la recollida d'aliments perquè Caritas puga continuar atenent als més necessitats. És una forma de que totes i tots els integrants de confirmació posem en practica el missatge de Jesús.
El dimarts 19 alguns joves van optar per iniciar el Nadal celebrant una vigília i comprometent-nos a posar el nostre granet d'arena perquè aquest món siga una miqueta millor.
El dimarts 19 alguns joves van optar per iniciar el Nadal celebrant una vigília i comprometent-nos a posar el nostre granet d'arena perquè aquest món siga una miqueta millor.
MARÍA HABRÉ LA PUERTA DE ATRÁS PARA QUE ENTREMOS TODOS....
25 de diciembre
Navidad
Un
día Jesús fue en busca de San Pedro, el de las llaves del cielo, y le dijo: Me
da la impresión de que dejas entrar en el cielo a gente un tanto sospechosa.
San Pedro le contestó: Lo sé, Señor. ¿Pero qué puedo hacer? Yo no les dejo
entrar, pero cuando me doy la vuelta se van a la puerta de servicio, hablan con
tu madre y ella los mete dentro. María, la joven de Nazaret y la esposa del
olvidado José, es para nosotros, la puerta de la Navidad y la puerta del cielo.
Jesús se nos antoja demasiado severo, más juez que salvador y, por eso,
acudimos a María más que a su hijo. El “no tienen vino” de María vale para toda
carencia humana que por su intercesión su hijo va a remediar. El evangelio de
la Anunciación es el evangelio de lo imposible hecho posible por el poder de
Dios. Leído el evangelio de la Anunciación con una mentalidad humana, desde la
ciencia y la procreación tal como nosotros la conocemos y vivimos, nos resulta
imposible, increíble y risible. Decimos, no pudo ser, no puede ser. Para
salvarnos, Dios no necesitaba a María, no necesitaba la encarnación, pero no
quiso salvarnos a nuestras espaldas, sin nuestra colaboración y se inventó una
madre y se hizo persona humana, esto es lo verdaderamente importante. El cómo
sucedió no tiene importancia y por más vueltas que le demos nunca lo
descifraremos, siempre nos parecerá disparatado. Estar abierto a Dios hace que
lo imposible sea posible. A María, de la que el evangelio no canta ninguna
cualidad ni se nos dice la razón por la que Dios la eligió y privilegió, se nos
dice que Dios la llenó de gracia para que pudiera acoger el don de Dios y amara
a Jesús antes de que naciera. ¿Pudo María hacer otra cosa que decir sí? Dios
esperó su sí, como espera el sí de cada uno de nosotros, los que esperamos y
creemos que el futuro viene de Dios.
AVUI CAMPAÑA DEL POT EN EL NOSTRE POBLE
PARRÒQUIA SANTA MARTA, PARRÒQUIA SANTS JOANS, JUNIOS APOCALIPSIS, JUNIORS CAMINAR I GRUPS DE CONFIRMACIÓ ENS UNIM PER A TREBALLAR UNITS PELS MÉS NECESSITATS.
SOMOS LUZ O CONTINUAMOS EN LA OSCURIDAD?
Domingo 17
3º Adviento
Juan 1,6-8.19-28
Pero
a medida que vamos creciendo le vamos teniendo más miedo a la “luz”. Con el
paso de los años vamos teniendo más cosas que “ocultar” e intentamos huir de la
luz que lo ponga al descubierto. Perderíamos nuestra imagen frente a los demás.
Algo
tiene que ver el evangelio de este domingo con una experiencia tan común.
Juan,
el autor del evangelio, no ofrece más detalles; porque Juan, el Bautista, se
presenta así, solo como un hombre, al margen de cualquier organización social,
económica, política o religiosa. Y propone a sus contemporáneos un cambio:
abandonar las tinieblas y ponerse del lado de la luz.
Primero,
porque, como en el caso de Juan, nuestro papel no debe ser más que el de
testigos: nuestra tarea es dar testimonio de la luz, no apropiarnos de ella.
Por eso debemos presentarnos como servidores de la verdad y no como sus dueños;
podemos engañar a los hombres si, en lugar de facilitarles que se encuentren
con Jesús y le den a él su adhesión, intentamos convertirlos en partidarios
nuestros.
Y,
en segundo lugar, porque, igual que hizo Juan, no hay que esconder ese
testimonio ante nadie ni en ninguna circunstancia. Aunque a algunos les salten
los nervios… por miedo a la luz.
La
pregunta es: ¿seguiremos teniendo miedo a la luz?
JESÚS ESTA CERCA ¿ESTAMOS PREPARADOS?

Domingo 10 de diciembre
2º de Adviento
Marcos 1,1-8
Juan el Bautista anunció con convencimiento y fuerza la proximidad de Jesús y nosotros sus hermanos podemos demostrar que estamos rodeados de su presencia.
El Adviento tiene su personaje, Juan Bautista, el telonero de Jesús. Juan Bautista, predicador del desierto, anuncia el comienzo del evangelio de Jesucristo, le prepara el camino y desaparece. Juan Bautista tiene que disminuir, Jesús tiene que crecer. Solo Jesús y su Buena Noticia permanecen para siempre.
La conversión, sermón predicado miles de veces por todos los predicadores del mundo, sería el título del primer sermón de Juan Bautista en el desierto, escenario nada eclesial para un predicador.
Un profesor de universidad fue a visitar a un gurú, un maestro de sabiduría oriental y le dijo: “Maestro, enséñame lo que tengo que saber para ser feliz. He estudiado las Escrituras, he escuchado a los grandes maestros, pero aún no he encontrado la respuesta”.
El Maestro le invitó a té, llenó la taza y siguió echando té que se iba derramando por la mesa y el suelo.
El profesor sorprendido le dijo: “La taza está llena. Pare. Ya no cabe más”.
El Maestro le explicó: “Tú, como esta taza estás lleno de tus opiniones y de tus especulaciones. ¿Cómo puedo enseñarte el camino si antes no vacías tu taza?
¿Cómo puedo llenarme del evangelio de Jesucristo y cómo puedo acogerlo si yo soy el centro, si yo lo lleno todo?
¿Podemos vaciarnos de nuestros prejuicios, de nuestras ideas fijas, de nuestros hábitos, de nuestra educación de nuestro orgullo, del siempre se hizo así, de la contaminación mediática ambiental, de ese bagaje acumulado a lo largo de los años?
¡Feliz Domingo!
NO PODEMOS ESPERAR MÁS, JESÚS VIENE, ¿ESTAS PREPARADO?
Domingo 2 de diciembre
1º de Adviento
Marcos 13,33-37
El
Adviento nos urge a no quedarnos demasiado satisfechos con lo ya conseguido,
sino a mirar adelante con valentía, a seguir caminando, porque hay mucho que
conquistar todavía. Lo que Jesús inauguró con su venida, hace ya veinte
siglos, todavía está sin realizarse del todo. Es un programa vivo, más que
historia. Y ese programa cada año lo iniciamos de nuevo con esperanza y
energía.
El
Adviento significa despertar. Abrir los ojos para descubrir a ese Dios cercano:
a ese Jesús, el Mesías, que está en lo más íntimo de nosotros mismos, en la
historia de cada día, en los nuevos rumbos de la Iglesia…
No
es que Jesús tenga que “venir”. Él “está” siempre ahí. Los que “no estamos”
somos nosotros, distraídos por mil cosas. Descubrirle presente, encontrarnos
verdaderamente con Él: ese es el programa, gozoso y comprometedor a la vez, del
Adviento. Un programa que afecta a toda nuestra vida, que puede revolucionar
nuestros proyectos y que nos pone en actitud de búsqueda, de atención y de
marcha.
Su
presencia en la Eucaristía es el signo más concreto y eficaz de su presencia
salvadora en toda nuestra existencia. Que estos domingos de Adviento nos ayuden
a descubrir al Señor Jesús en nuestra vida. Eso es lo que dará confianza y
ánimos a nuestro camino de cada día.
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