NO BUSQUEMOS MÁS, JESÚS ESTA EN NUESTRO CORAZON

Domingo 1 de Mayo
6º Domingo de Pascua
Juan 14,23-29

Hay una historia de Anthony de Mello sobre Dios jugando al escondite con los hombres que dice así: Un día Dios quiso venir al mundo. Pero quería pasar desapercibido. Sobre todo que nadie se enterara y menos los periodistas.
          Pero no sabía cómo hacerlo. ¿Dónde esconderse sin que pudiesen encontrarle?
            Preguntó a los ángeles y éstos le dijeron: “Mira, Señor, vete al profundo del mar que allí nadie te buscará”. Pero otros dijeron. Es peligroso. Hoy mucha gente anda buceando.
            Preguntó a los santos y los santos le respondieron: “Mejor te vas a la cima de las montañas y como están tan altas nadie se enterará. Además desde esas alturas podrás ver mejor la tierra”. Pero alguien reparó: ¿y si alguien está haciendo alpinismo? Hoy las montañas están llenas de escaladores. Ya no son seguras.
            Entonces preguntó a un viejo sabio. Y éste le dijo: “Señor, el lugar más seguro para que nadie te busque allí es que te metas en el corazón de los hombres. Puedes estar seguro de que te buscarán por todas partes menos ahí”.

Es que el verdadero hogar de Dios no es el templo de cemento, de ladrillo o de piedra. Dios quiere templos vivos. A Dios le gusta la vida. Dios quiere habitar en templos capaces de calentarle con el calor humano.
Pablo nos llamó la atención cuando dijo: “¿no sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo?”
“Haremos morada en él”. Jesús habla de “morar”. Es decir: De permanecer. De habitar habitualmente. De tener en el corazón del hombre el “domicilio permanente”.
Cuando a Dios le piden su domicilio, Dios no dice “en el cielo”, en “los templos”. Dios da como referencia de su domicilio permanente el corazón humano, el tuyo, el mío y el de cualquiera.

La pena es que, el corazón, tú corazón, mi corazón, puede que sean el lugar menos visitado por ti y por mí. Tenemos la manía de buscar siempre lejos de nosotros en vez de buscar dentro de nosotros mismos. En Perú había una propaganda de turismo que decía: “Conozca el Perú primero”. Creo que habría que poner también una propaganda en todas las Iglesias y Parroquias que diga: “Conoce a Dios primero en tu corazón”. “Visita a Dios primero en tu corazón”.