PERSONAS QUE HAN ECHO MÁS HUMANO Y HABITABLE NUESTRO MUNDO

Domingo 1 de noviembre
Fiesta de todos los santos
mateo 5,1-12a

Desde el principio, a todos los cristianos se les llamaba santos, pero en las comunidades cristianas pronto se empezó a mirar con admiración y con un respeto especial a las personas que habían vivido con intensidad su vida cristiana. En las comunidades cristianas, esas personas eran ejemplo, modelos a seguir. Sin duda, esas personas ayudaban a todos a entrar en la hondura hermosa de la experiencia cristiana.
Jesús, en el evangelio, enumera algunos detalles de sus vidas.
Son pobres porque no pusieron las riquezas como lo principal de sus vidas. Son sufridos porque fueron personas capaces de aguantar mucho y de sufrir malos ratos sin echarse para atrás. Son hombres y mujeres que tienen hambre y sed de justicia porque tuvieron hambre y sed de hacer las cosas bien y reflejaron en sus vidas la bondad de Dios. Son misericordiosos, compasivos, capaces de disculpar y perdonar a todos, pero, sobre todo, capaces de compadecerse de los más desgraciados del mundo. Son limpios de corazón, transparentes como los niños, sin malas intenciones, diciendo siempre la verdad con sus palabras y con sus vidas. Y dice Jesús que les llamarán «hijos de Dios» porque trabajaron por la paz.
Son esas personas que contagiaron paz, que daba gusto estar con ellas, que infundían ánimos y esperanza. Recordamos que la paz de Dios nace de las cosas bien hechas. Pero esas personas, igual que Jesús, también sufrieron el rechazo y la oposición de otras gentes.
También en eso reprodujeron en sus vidas los rasgos de Jesús. Cada santo es una obra hermosa de Dios, un regalo maravilloso de Dios para nuestro mundo.
Todas esas personas recibieron en sus almas la bondad y la santidad de Dios y han hecho más humano y más habitable nuestro mundo. Quienes celebramos esta fiesta también participamos de esa santidad que regala Dios.
Este día también es nuestra fiesta.