JESÚS RESSUSCITE, JESÚS VIU!

JESÚS VIU PERQUÈ SIGUEM LLIURES

NO HAY RESURRECCIÓN SIN RUPTURA, NO HAY LIBERTAD SIN RUPTURA


Domingo 1 de abril
Pascua de resurrección
Juan 20,1-9

No hay pascua sin ruptura: no hay resurrección sin ruptura: no hay libertad sin ruptura. ¿Continuismo? El que padece la esclavitud no puede continuar, si quiere llegar a la libertad. En algún momento decisivo tiene que dar el paso hacia delante, ha de saltar, ha de romper; pues sólo es posible llegar a la libertad, en libertad. Y esto vale para el hombre, para cada hombre, en la historia de su vida, y para el pueblo, para cada pueblo, en su larga biografía. Hay que dejar al faraón que se hunda con sus caballos en el Mar Rojo. La libertad está en la otra orilla.
Es cierto que los hombres y los pueblos viven en la tradición, y aun de la tradición; pero la tradición de los hombres que aman la libertad no puede ser otra que la memoria inapreciable de todos los hechos de emancipación. Cualquier otra tradición que no sea ésta es un fardo inútil que retrasa la marcha, una trampa, un lazo que nos hace caer en el pasado, una tentación que nos hace volver el rostro para que nos convirtamos en estatuas de sal.
La verdadera tradición cristiana, en la que estamos y en la que entramos por el bautismo, es la memoria subversiva de la muerte y resurrección de Jesús. Memoria subversiva sí, porque es la memoria que nos subleva ante cualquier tipo de esclavitud y mantiene despierta la conciencia de la vocación a la libertad de los hijos de Dios; pues para esto, para que vivamos en libertad, Jesús ha levantado la losa de la tumba y ha dejado abierto el camino a nuestra esperanza.

AVUI ÉS EL DIA PER A MORIR A LA GUERRA I VIURE PER LA PAU

JESÚS ENS CONVIDA AL FET QUE MORIM ALS NOSTRES EGOISMES

QUANTES VEGADES HEM VENUT ALS NOSTRES AMICS PER QUEDAR BE NOSALTRES

EL PAPA FRANCISCO NOS INVITA A REZAR POR LOS DEMÁS ANTE LA CRUZ

Oh Cruz de Cristo, símbolo del amor y de la injusticia humana, icono del gran sacrificio por amor y del extremo egoísmo por necedad, instrumento de muerte y vía de resurrección, signo de la obediencia y emblema de la traición, verguenza de la persecución y estandarte de la victoria.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo alzada en nuestras hermanas y hermanos asesinados, quemados vivos, degollados y decapitados por las bárbaras espadas y el silencio infame.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los rostros de los niños, de las mujeres y de las personas extenuadas y amedrentadas que huyen de las guerras y de la violencia, y que con frecuencia sólo encuentran la muerte y a tantos Pilatos que se lavan las manos.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los doctores de la letra y no del espíritu, de la muerte y no de la vida, que en vez de enseñar la misericordia y la vida, amenazan con el castigo y la muerte y condenan al justo.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los ministros infieles que, en vez de despojarse de sus propias ambiciones, despojan incluso a los inocentes de su propia dignidad.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los corazones endurecidos de los que juzgan cómodamente a los demás, corazones dispuestos a condenarlos incluso a la lapidación, sin fijarse nunca en sus propios pecados y culpas.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los fundamentalismos y en el terrorismo de los seguidores de cierta religión que profanan el nombre de Dios y lo utilizan para justificar su inaudita violencia.

ELS DUBTES NO SÓN EXCUSA PER A LLIURAR-SE PELS ALTRES

JESÚS ENS CONVIDA A ESTAR Al SERVEI DELS ALTRES

TANTO NOS AMO JESÚS QUE SE DIO POR NOSOTROS


Jueves 29-3-18. Jueves Santo. Juan 13,1-15

COMO  NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Tu amor es tan grande, que  no tiene límites
Tus Palabras son eternas, y  permanecen aquí y ahora
Tus gestos nos dejan  impresionados
Tu mirada nos hace sentir tu  amor

¡CÓMO  NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Has bajado a este altar en  Cuerpo y Sangre
Te has quedado para  alimentarnos
Has puesto tu cuerpo en  tierra para lavarnos

¡CÓMO  NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Te ofreces por la humanidad
Mueres sin recompensa alguna
TE entregas por nuestra  felicidad eterna

¡CÓMO  NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Sirves para que nosotros  sirvamos
Amas para que nosotros  amemos
Perdonas para que nosotros  perdonemos
Mueres…para que nosotros no  muramos

¡CÓMO  NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!

JESÚS VA MORIR PER AMOR, PERQUÈ I A QUE ESTEM DISPOSATS A MORIR NOSALTRES?

JESÚS RENUNCIE Al SEU PODER PER NOSALTRES

EL PODER DE JESÚS ESTÁ EN EL AMOR


Domingo 25 de marzo
Domingo de Ramos en la pasión de Jesús.
Marcos 15,1-38

Lo mataron porque no estaban dispuestos a permitir que pusiera en peligro sus privilegios; porque los puso en evidencia al descubrir que engañaban al pueblo suplantando a Dios y que manipulaban el nombre de Dios para dominar al pueblo; porque les dijo que habían convertido la religión en un negocio y que se habían puesto de acuerdo con el emperador de Roma para apropiarse del pueblo, de los hombres, que sólo pertenecen al Dios liberador.
Un Dios sin poder. A algunos les sonará a blasfemia, pero eso es lo que se ve en el crucificado. «Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso», decimos en el credo. Pero ¿en qué consiste su poder? Ciertamente, el poder de Dios no es como el de los poderosos de la tierra (capacidad de determinar o modificar la libertad de los demás). No. El Padre no cambia el curso de los acontecimientos que los hombres, en el uso de su libertad, han decidido; no fuerza la libertad de los hombres, ni siquiera para que éstos sean buenos. Preguntarse si podría hacerlo es un absurdo, algo así como preguntarse si Dios puede pecar. Entonces…
Se dejó matar, aceptó la muerte por amor: porque no podía soportar que se hiciera sufrir a los seres humanos. Y porque con su amor quería mostrar al mundo el amor de Dios, a quien él llamaba «Padre». Se dejó matar porque estaba harto de que se predicara la resignación y el sometimiento en nombre de Dios, y quiso enseñar a los hombres que lo que Dios exige es la rebeldía contra todo lo que constituye una violación de la dignidad de quienes fueron creados a imagen de Dios y están llamados a ser sus hijos. Y porque quiso ser rebelde sin ventajas, «como un simple hombre».
El poder de Dios es el AMOR.
Y ése, el amor, es su poder. Y de ese poder sí está llena la figura del crucificado. Sus paisanos no fueron capaces de descubrirlo: todos los que hablan al verlo en la cruz pretenden que Dios anule lo que los hombres han hecho para que, demostrado así su poder, puedan creer en Jesús. No les entraba en la cabeza que el amor fuera ya salvación

LA MILLOR FORMA DE RENDIR AMOR A MARÍA I ENTENDRE EL SEU DOLOR EN LA SETMANA DE DOLORS ÉS NO UTILITZAR-LA EN BENEFICI PROPI.

JESÚS ENS ESTIMA TANT QUE ES PREPARA PER A DONAR LA SEUA VIDA PER NOSALTRES

TENEMOS QUE SER EL FRUTO QUE DA LA SEMILLA


Domingo 18 de marzo
5º de Cuaresma
Juan 12,20-33

Cuenta una fábula que un grano de trigo había quedado sobre el campo y fue descubierto por una hormiga, que se dispuso a llevarlo a su nido. El grano de trigo pregunta:
-¿Por qué no me dejas aquí?
-Si te dejo, no voy a tener comida alguna para el invierno. Hay muchas hormigas y cada una de nosotras debe llevar lo que encuentre al depósito de víveres del hormiguero -contestó la hormiga.
-Pero yo no he sido creado para ser comido -respondió el grano de trigo-. Yo soy una semilla llena de fuerza vital para convertirme en una planta. ¡Querida hormiga, hagamos un trato! Si me dejas en mi campo te serán dados, en la próxima cosecha, cien granos como yo.
La hormiga pensó: «Cien granos a cambio de uno… Esto es un milagro». Y preguntó:
-¿Y cómo vas a conseguido?
-Es un secreto -contestó el grano-. El secreto de la vida. ¡En el momento oportuno, haz una pequeña cueva, entiérrame en ella y vuelve pasados unos meses!
Pasados los meses regresó nuevamente la hormiga y comprobó que el grano de trigo había cumplido su promesa.

Esto es una fábula, algo que nunca pudo haber ocurrido, pero no es fábula que un grano de trigo se transforme en una espiga.
Tampoco es fábula el que un gusano de seda, después de encerrarse en un capullo, se transforme en una hermosa mariposa.
No es fábula el que después de la noche venga el día, que después del invierno venga la primavera y que los árboles, de los que han caído en otoño las hojas secas, se llenen en primavera de flores y de hojas verdes.
Son las transformaciones tan maravillosas que hay en la naturaleza. Lo que sucede es que, como se repiten tantas veces, ya no nos llaman la atención. Imaginaos que siempre fuera de noche y que una vez al año saliera el sol. Sería un espectáculo.      Sería un día de fiesta, algo maravilloso; pero, como el sol sale todos los días, no nos llama la atención.
Cada uno de nosotros somos un grano de trigo que tiene que ser enterrado para poder dar fruto. Pero el "YO", grano de trigo, se resiste a morir, El YO de los seguidores de Cristo tiene que ser enterrado a lo largo de la vida. Cuanto más somos de Cristo menos rebeldía, menos resistencia, menos miedo tenemos a morir, menos miedo a la muerte del Yo que se entrega por amor a los demás. La muerte no la vivimos como derrota sino como la Hora de la gloria.

EL AMOR DE JESÚS A TRABES DE MADRE TERESA

JESÚS, SIGNE D'AMOR

JESÚS LUZ DEL AMOR

Domingo 11 de marzo
4º de Cuaresma
Juan 3,14-21

La explicación de Jesús es clara para aquel que quiera entenderla.

“Todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.
No deja lugar para la indiferencia. O se acepta o se niega el amor de Dios. O se nace del espíritu o seguiremos viviendo según nuestros instintos buscando nuestros intereses egoístas.
El que de alguna manera se aprovecha u oprime a sus hermanos no puede aceptar la luz, caminará en las tinieblas y esa es su condenación. Permanecerá en las tinieblas. Sólo el que practica la lealtad, el que realiza la verdad, podrá caminar en la luz y alcanzará la plenitud de la Vida.
Realizar la verdad no significa no equivocarse, significa ser leal. Y somos leales cuando nos sentimos amados por Dios y somos capaces de amar a los demás, más allá de los defectos y limitaciones que todos tenemos.
Ser luz
Como cristianos y como Iglesia estamos llamados a ser luz del mundo. A decir con nuestra vida a todo hombre y mujer que valen más de lo que piensan y por eso son amados por Dios.
Para poder cumplir nuestra misión tenemos que dejar de actuar en nombre de un Dios-juez para actuar en nombre de un Dios-amante. Quizás sea ese el nacimiento nuevo que a todos se nos pide en este tiempo de Cuaresma.

SI MALTRACTEM EL MISSATGE DE JESÚS MALTRACTEM ALS NOSTRES GERMANS

CADA VEGADA QUE UTILITZEM EL NOM DE JESÚS, MARÍA O A l'ESGLÉSIA EN BENEFICI PROPI, ESTEM ESTAFANT L'EXEMPLE DE JESÚS

¿UTILIZAMOS A JESÚS Y A LA IGLESIA EN BENEFICIO PROPIO?


Domingo 4 de marzo
3º de cuaresma
Juan 2,13-25

Dios no cabe entre cuatro paredes por mucho que en el transcurso de los siglos lo hayan intentado encerrar los manipuladores de la fe de los pueblos. Dios solo cabe en el hombre; en el hombre que, por amor, entrega y gasta la vida por la libertad de sus semejantes. Y en los grupos de hombres en los que ese amor es la característica que los identifica.
A veces imaginamos un Jesús absolutamente pacífico. Pero hoy hemos leído una narración en la que Jesús se muestra claramente enérgico, activo. De ello no podemos deducir que fuera partidario de la violencia, pero sí que ante ciertos hechos Jesús, ni se limitaba a hablar, sino que actuaba con fuerza, con eficacia.
Pero la actuación de Jesús va más allá. Si no tolera que la relación de amor entre Dios y el hombre se prostituya en negocio interesado, sin embargo, no se limita a esta purificación.
Jesús está también en cada uno de nosotros, por eso somos templos de Dios, como dice san Pablo. Y por eso oprimir, despreciar, maltratar a un hombre, es un sacrilegio, porque cada hombre es templo de Dios. Es en el hombre en quien es oprimido, despreciado, maltratado un Dios que está presente en el hombre.
Cada persona, toda persona es templo de Dios. Es en nuestra relación con los demás donde manifestamos nuestra auténtica relación con Dios.