ESTAR LLIURES DE COMPLEXOS ENS FA LLIURES

JESÚS ENS DÓNA FORCES PER A ALLIBERAR-NOS I DONAR-NOS ALS ALTRES

JESÚS NOS LIBERA DE LOS MALOS COMPORTAMIENTOS

Domingo 28 de enero.
4º del tiempo ordinario.
Marcos 1,21-28

Sin Darnos cuenta en más de una ocasión actuamos como “poseídos” desde niños por valores, actitudes, criterios, comportamientos, nos hemos dejado arrastrar por consejos, ejemplos de vida, televisión, etc… que en muchos casos no eran los más aconsejables para un comportamiento social de respeto a los demás.
Nos han inculcado por todas partes esos criterios comunes de la sociedad en que vivimos: que el que más puede, más vale; que el que más vale, más triunfa; que el que más triunfa, más tiene; que el que más tiene, más puede. Y este círculo vicioso se repite como una rueda de molino dentro y fuera de nosotros mismos.
A nadie se le oculta que estamos viviendo una grave crisis de amor en la sociedad. La confianza entre razas está bajo mínimos. La gente joven cada vez está más apartada de la iglesia.
¿No es el momento de volver a Jesús y aprender a enseñar como lo hacía él? El Papa Francisco está intentando que la palabra de la Iglesia nazca del amor real a las personas. Dicha palabra de ser comunicada después de una atenta escucha del sufrimiento que hay en el mundo, no antes. Ha de ser cercana, acogedora, capaz de acompañar la vida doliente del ser humano.
Necesitamos una palabra más liberada de la seducción del poder y más llena de la fuerza del Espíritu. Una enseñanza nacida del respeto y la estima positiva de las personas, que genere esperanza y cure heridas. Sería grave que, dentro de la Iglesia, se escuchara una «doctrina de letrados» y no la palabra curadora de Jesús que con tanto empeño está trasmitiendo el Papa Francisco.
Dios no condena. Su acción es salvadora

Ésta es la Buena Noticia del evangelio: No hay desesperación definitiva; siempre se puede seguir esperando incluso «contra toda esperanza». Dios es Salvador para todos aquellos que se ven desbordados por el mal, el pecado, la impotencia o la fragilidad. Esto es lo que descubren con admiración aquellas gentes de Galilea que son testigos del poder y la bondad de Jesús que libera del «espíritu inmundo» a aquel pobre hombre que se retuerce poseído por el mal.

TAMBÉ JESÚS AVUI ENS CRIDA A SEGUIR-LI I A DONAR LA BONA NOTÍCIA

NO SOM IGLESIAS, SOM ESGLÉSIA, SOM GRUP I ESTEM COMPROMESOS I DONAR LA BONA NOTÍCIA

NO SOMOS IGLESIAS, SOMOS IGLESIA, SOMOS GRUPO

Domingo 21 de enero
3º del tiempo ordinario
Marcos 1,14-20

Cuando escuchamos “reino de Dios” pensamos en el cielo. Pues no. El reino de Dios no es el cielo. Porque el reino de Dios no es un lugar, ni el cielo ni la tierra. Es un grupo: el de los que han decidido hacerle caso al ejemplo de vida de Jesús y organizarse según lo que él nos dice. Y está allí donde está este grupo.
Lo que Jesús nos quiere comunicar no es un método para alcanzar la perfección individual. La nueva realidad no es sólo el ser más buenos. La de Jesús es una empresa colectiva, es un proyecto para organizar la convivencia. Por eso empieza buscando un grupo de personas que acepten su proclama, que vivan con él y, después de conocerlo y de experimentar la bondad de aquella noticia, se conviertan en impulsores de esa empresa colectiva, el reino de Dios. Ellos tendrán que proponer a otros hombres el proyecto de un mundo de hermanos -éste podría ser otro modo de llamar al reino de Dios-, ellos tendrán que ser pescadores de hombres: portadores de la buena noticia para ofrecerla a todos los que tengan hambre y sed de pan, de paz, de igualdad, de justicia, de amor…, invitándolos a organizar entre todos el mundo de tal modo que todas esas hambres encuentren hartura. Deberán ser buena noticia para que el mundo pueda llegar a ser fuente de buenas noticias.


A nosotros compete hoy esa tarea, pero es posible que un día nos pidan cuentas por habernos presentado como portadores de la buena noticia (evangelio = buena noticia) y nos hayamos dedicado a dar malas noticias, pues la peor noticia para este mundo sería que el reino de Dios es asunto de otro mundo.

SI APAGUEM LA NOSTRA LLUM SEREM VELLS ABANS D'HORA

SER CRISTIA SIGNIFICA ESTAR EN CONTÍNUA CERCA

JÓVENES EN CONTINUA BÚSQUEDA

Domingo 14 de enero
2º del tiempo ordinario
Juan 1,35-42

¿Qué buscáis?, es la pregunta Jesús a los discípulos en el evangelio de hoy. Son las primeras palabras que Jesús pronuncia en el evangelio, y en verdad que se trata de una cuestión decisiva para aquellos discípulos y también para nosotros hoy, envueltos en el torbellino de múltiples ofertas, a menudo contradictorias entre sí.
¿Qué buscáis? ¿Qué buscamos nosotros? Responder a esta pregunta es fundamental, porque de la respuesta que demos depende nuestra realización como personas. Y no estaría mal que hoy en silencio intentásemos responder a esta pregunta que Cristo nos sigue haciendo a cada uno de nosotros.
Todos buscamos algo, buscamos la felicidad, buscamos la seguridad en nuestra vida y en el trabajo, la salud, un dinero que nos permita vivir con holgura. Y por supuesto también buscamos quien nos quiera, hijos, amigos. Y luego vienen las búsquedas personales en cosas más concretas que forman los hilos con la que vamos tejiendo nuestra vida. Una vida hecha de anhelos e ilusiones, y también de desengaños y desilusión.
El creyente conoce también la alegría de saberse perdonado. En medio de sus errores y mediocridad puede vivir la experiencia de la inmensa comprensión de Dios. El hombre de fe no se siente mejor que los demás. Conoce el pecado y la fragilidad. Su suerte es poder sentirse renovado interiormente para comenzar siempre de nuevo una vida más humana. .

El creyente cuenta también con una luz nueva frente al mal. No se ve liberado del sufrimiento, pero sí de la pena de sufrir en vano. Su fe no es una droga ni un tranquilizante frente a las desgracias. Pero la comunión con el Crucificado le permite vivir el sufrimiento sin autodestruirse ni caer en la desesperación.

GENT COMPROMESA QUE DÓNA L'AMOR REBUT PER JESÚS

JESÚS ENS CANVIA AMOR PER RANCOR

SER CRISTIANO SIGNIFICA CREERSE QUE JESÚS ME AMA


Domingo 7 de enero
Bautismo de Jesús
marcos 1,7-11

Contra lo que algunos puedan pensar, ser cristiano no es creer que Dios existe, sino que Dios me ama y me ama incondicionalmente, tal como soy y antes de que cambie.

Los evangelios no nos dicen nada de la infancia y juventud de Jesús. Solo nos cuentan un viaje a Jerusalén cuando tenía doce años. Y allí se perdió. Fue el primer disgusto que Jesús dio a José y a María.
Una vida normal. Un joven de tantos. No fue a la universidad. Trabajó en el taller de su padre. Los sábados iba a la sinagoga a cantar y escuchar la historia que Dios había hecho con su pueblo. Los domingos jugaría y charlaría con los amigos en las esquinas de Nazaret. Alguna vez tendría que ir al prestamista para poder pagar la renta. Alguna vez tendría que pedir perdón a sus padres por llegar tarde a casa. Alguna vez tendría que decir no a las malas ideas de sus compañeros. Alguna vez soñaría dejar Nazaret y viajar a otras tierras...
Jesús era tan normal que los evangelistas no tienen nada que contar.
Hasta que un día, siempre hay un día en la vida, en que todo cambió.
Ese día dejó de ser "normal". Dejó atrás la normalidad de Nazaret y comenzó la aventura con Dios, comenzó a incendiar el país con la "anormalidad" del reino de Dios. Su bautismo fue el día, por decirlo con nuestras palabras muy humanas y muy cristianas, el día de su conversión.
El día de su bautismo marcó un antes y un después. El después fue la pasión del reino de Dios, la fuerza del Espíritu, la identidad plena y nueva del Hijo de Dios, la vorágine de la predicación, la irrupción del amor, la búsqueda de los pecadores y abandonados, el ser puente entre Dios y los hombres, unir cielo y tierra.
Jesús "marcado y lleno del Espíritu" descubre su nuevo ser. "Tú eres mi Hijo, el amado, al que miro con cariño".
Jesús, el amado, el mirado con cariño por Dios, descubre su nueva dimensión, no se pertenece, pertenece a otro, es de Dios y para Dios.
Y lo vivió con tal intensidad que ya nada fue igual. Se puso incondicionalmente al servicio de Dios hasta el final de su vida y pudo decir: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
El día de su bautismo comenzó la nueva creación, la nueva alianza de Dios con los hombres, el nuevo bautismo en el Espíritu.
Para Jesús todo empezó el día en que viajó al río Jordán, se bautizó y salió del agua lleno del Espíritu, fuerza y poder de Dios, ungido para predicar la aventura de un nuevo amor en el que hay salvación para todos.

ELS REIXOS ARRIBEN A LA NOSTRA PARRÒQUIA



El dia de Reixos en l'eucaristia de la 11:30 ens van visitar les seues majestats per a adorar al xiquet Jesús, oferir-li regals i fer realitat els somnis dels xiquets presents.
Al final de l'eucaristia es van lliurar els regals a tots els que havien participat en el concurs de betlems i es van lliurar els trofeus als tres primers classificats.