CUARESMA TEMPS ESCOLTAR I OBRIR-SE A UN UNA FORMA DE VIURE

EL NOSTRE COR ESTÀ PREPARAT PARELL ESCOLTAR?

EL SECRETO ESTÁ EN ESCUCHAR A QUIEN NO ACEPTAMOS


Domingo 25 de febrero
2º de Cuaresma
Marcos 9,2-10

Como los discípulos, tenemos la tendencia de arrimarnos al “sol que más calienta”, para sacar “algún beneficio”. Unos seguían a Jesús pero no ocultaban que lo que en el fondo pensaban era sentarse a la derecha de él algún día. El poder, con tal de llegar a él, exige algunas incomodidades, pero después recompensa… Como veis, este funcionamiento no es de hoy. Hay personas que se despersonalizan con tal de llegar a tener poder… Y llegan. Y cuando llegan ya no son personas, están despersonalizadas. Las consecuencias las pagarán los otros, además de ellos mismos…
Los seguidores de Jesús tenemos que aprender que al lado de Jesús no hay poder, sino servicio; al lado de Jesús no hay puestos, sino últimos puestos; al lado de Jesús no se ve todo claro, se va aclarando uno esperando que la Luz llegue más tarde… Y cuando llega, la verdad deslumbra.
Las personas ya no tenemos tiempo para escuchar. Nos resulta difícil acercarnos en silencio, con calma y sin prejuicios al corazón del otro para escuchar el mensaje que toda persona nos puede comunicar.
Encerrados en nuestros propios problemas, pasamos junto a los demás, sin apenas detenernos a escuchar realmente a nadie. Se diría que al hombre contemporáneo se le está olvidando el arte de escuchar.
Quizás tengamos que empezar por elevar desde el fondo de nuestro corazón esa súplica que repiten los monjes del monte Athos: «Oh Dios, dame un corazón que sepa escuchar”.

CAMINEM PER A VIURE LA VIDA DE FORMA DIFERENT


RENOVAR-NOS PER A NO TENIR POR A RES

CUARESMA TEMPS DE NETEJAR LA NOSTRA CASA INTERIOR

RENOVARNOS NOS DA VIDA


Domingo 18 de febrero
1º de Cuaresma
Marcos 1,12-15

El evangelio de Jesús nos viene a decir algo que nunca hemos de olvidar: “Es bueno convertirse. Nos hace bien. Nos permite experimentar un modo nuevo de vivir, más sano, más gozoso”. Alguno se preguntará: Pero ¿cómo vivir esta experiencia?, ¿qué pasos dar?
Lo primero es pararse. No tener miedo a quedarse a solas con nosotros mismos para hacernos las preguntas importantes de la vida: ¿Quién soy yo? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Es esto lo único que quiero vivir?
Este encuentro conmigo mismo exige sinceridad. Lo importante es no seguir engañándose por más tiempo. Buscar la verdad de lo que estamos viviendo. No empeñarnos en ocultar lo que somos y en parecer lo que no somos.
Es fácil que experimentemos entonces el vacío y la mediocridad. Aparecen ante nosotros actuaciones y posturas que están arruinando nuestra vida. No es esto lo que hubiéramos querido. En el fondo, deseamos vivir algo mejor y más gozoso.
Un Dios que se interesa por mí más que yo mismo, para resolver no mis problemas sino “el problema”, esa vida mía mediocre y fallida que parece no tener solución. Un Dios que me entiende, me espera, me perdona y quiere verme vivir de manera más plena, gozosa y gratificante.
Esta Cuaresma puede ser para nosotros un tiempo decisivo para iniciar una vida nueva.

JESÚS ENS CONVIDA A ACCEPTAR ALS "EXCLOSOS" PER LA SOCIETAT

JESÚS ACOGE A LOS POBRES ENTRE LOS POBRES


Domingo 11 de febrero
6º del tiempo ordinario
Marcos 1,40-45

Entonces se marginaba a los leprosos, no solo por su enfermedad si no porque los consideraban personas sucias y enfermas y peligrosas.
Ahora nosotros también vemos que nuestra sociedad margina a muchas personas. Por los márgenes de nuestra sociedad podemos encontrar a drogadictos, personas sin cultura, pobres, negros, emigrantes sin papeles, enfermos y otros muchos seres humanos que arrastran una vida llena de penalidades. No vivimos en un paraíso. A las puertas de nuestra sociedad rica llegan también multitud de seres humanos huyendo de una vida insoportable. Basta con poner los ojos en el mapa del mundo para ver el espectáculo terrible del hambre, las guerras, las epidemias, las violaciones de los derechos humanos, la explotación o la degradación de muchos hombres, mujeres y niños, condenados a vivir una vida indigna. Son como los nuevos leprosos de nuestro mundo.
Seguramente mucha gente no tendrá tiempo para pensar en estas cosas, porque está entretenida en una vida sin grandes sobresaltos o en sus pequeños problemas de gentes satisfechas. Pero los cristianos debemos tener una sensibilidad especial ante el sufrimiento de nuestros hermanos. Así lo hemos aprendido de Jesús.
Así es la vida: quien toma partido contra un sistema que, en pro de una ley que beneficia a una élite de privilegiados, margina a las personas más necesitadas de atención, termina él mismo siendo marginado. Y si no, hagamos la prueba defendiendo con hechos contundentes y denuncias claras a los drogadictos, alcohólicos, mendigos, prostitutas, delincuentes, a esa larga lista de leprosos que hemos arrojado  entre todos de nuestra convivencia por miedo a contagiarnos.

ESTÀS TU Al SERVEI DELS ALTRES?

JESÚS Al SERVEI DELS ALTRES

CRISTIANO ES EL QUE DA LA MANO AL OTRO

Domingo 4 de febrero
5º del tiempo ordinario
Marcos 1,29-39

 “Cristiano es el que da la mano. El que no da la mano, ése no es cristiano, y poco importa lo que pueda hacer con esa mano libre”
Vivimos amontonados, pero unos lejos de otros. La distancia con el otro no la medimos en metros o kilómetros. La distancia con el otro se mide con el corazón.
Acercarnos a los sanos es cosa buena.
Acercarnos al que vive encerrado en su soledad, porque no tiene a nadie.
Acercarnos al que está enfermo y hasta puede ser contagioso.
Acercarnos al que sufre porque le falta todo.
Acercarnos al que todos dejan solo porque no es importante.
No esperar a que sea él quien se acerque a nosotros, sino que seamos nosotros quienes nos acercamos a él.

Tomar de la mano a alguien, ya es acortar las distancias entre los dos.
Tomar de la mano a alguien, es abrir la puerta del corazón e invitar al otro a entrar.
Tomar de la mano a alguien, es decirle tú eres mi amigo.
Tomar de la mano a alguien, es decirle tú eres importante para mí.
Nunca las manos son más cristianas que cuando toman la mano del otro, sobre todo del que sufre.
Tomar de la mano al que ha caído, para que se levante.
Tomar de la mano al débil, para que pueda ponerse en pie.
Tomar de la mano al que te ha ofendido, para que sienta tu perdón, y se levante.
Tomar de la mano al que te hirió, para expresarle que no estás enojado, y se levante.

Tomar de la mano al que te pide limosna, para que te sienta hermano, y se levante.