JESÚS, REY DE LA VERDAD

Domingo 22 de diciembre
Jesucristo, Rey del universo
Juan 18,33b-37

El reino de Jesús nada tiene que ver con los reinos de este mundo basados en el poder y la fuerza. Su reino se expresa en la debilidad y en la entrega del amor y el servicio.
¿Qué significa “vivir en la verdad”?
Al menos cuatro cosas que podrían ampliarse:
“Decir la verdad”. Es lo más elemental. No mentir. Que mis palabras coincidan con lo que honestamente creo. No traicionarme a mí mismo para sacar ventaja de los demás mintiendo, aunque pueda estar equivocado. Pero la cosa no termina ahí.
“Ser verdad”. Damos un paso más allá de las palabras. Ser verdad es ser coherente conmigo mismo. No jugar en la vida con dos barajas y utilizar en cada momento la que más convenga a mis intereses.
 “Hacer la verdad”. Supone otro paso más. Hacer la verdad se puede identificar con practicar la justicia. Estar dispuesto a pagar el precio de ser fiel a la verdad. Hacer lo que sinceramente creo que tengo que hacer en cada momento, cueste lo que cueste… aunque pierda “amistades”, prestigio social, posición económica… en el caso de Jesús le llevó a perder la vida.
“Callar la verdad”. Es algo que pocas veces se nos dice a los cristianos, pero creemos en un Dios que sale como garante de la buena fama de las personas y si yo conozco errores, pecados, metidas de pata de alguien, aunque sean ciertas, no tengo derecho a decirlas, a quitarle la fama (di-famarlo), salvo que el callarme perjudique de forma grave a terceras personas. Revisemos la actitud de Jesús frente a personas pecadoras (ver Juan 8, 1-11).

Dar testimonio de la verdad supone hacer más evangélicas las bases de nuestra economía, de nuestra sociedad y de nuestra religión.