VIVAMOS EN LA FIESTA DE JESÚS

Domingo 12 de octubre
28 del tiempo ordinario
Mateo 22,1-4

Todo el empeño de Jesús fue mostrarnos el rostro amable y sonriente de Dios, que es Padre y nosotros seguimos empeñados en tratarle de Usted, no por respeto, sino por miedo.
Por eso, esta parábola es totalmente actual para nosotros. La invitación a la fiesta, al banquete, a la alegría, a la felicidad es una constante por parte de Dios a sus hijos.
Hay una cosa en la que coincidimos todos: el deseo de ser felices. Y Dios nos dice que también El quiere, desea y busca nuestra felicidad, con el mismo empeño que cualquiera de nosotros.
No hemos comprendido aún casi nada del Evangelio, cuando creemos que Dios es enemigo de la alegría y la felicidad de sus hijos.
Los cristianos no hemos de distinguirnos por nuestra seriedad, nuestra tristeza, nuestros sacrificios; sino por nuestra felicidad al saber que Dios nos ama por encima de todas nuestras miserias.
Lo primero que nos dice el Evangelio, no es que tenemos que ser buenos; sino que Dios es bueno para todos nosotros y que desborda amor por los cuatro costados. Esto es la Buena Noticia del Evangelio y por eso es Buena Noticia el Evangelio.