TANTO NOS AMO DIOS QUE NOS REGALO A SU HIJO, JESÚS

Domingo 15 de marzo
4ª de Cuaresma
Juan 3,14-21

Creer significa confiar y después vivir como si confiáramos. Vivir la vida en la confianza de que Dios es bueno, Dios se preocupa de nosotros, nos rodea con su amor y nos convoca a servir a los demás, única forma de amar de verdad.
Como dice Nikos Kazantzakis: “Cristo no es el puerto donde echamos el ancla sino el puerto de donde salimos. Cristo no es el final sino el principio. No es la bienvenida sino la despedida hacia un viaje feliz. No está pasivamente sentado en las nubes sino que es sacudido por las olas, sus ojos fijos en la estrella polar de Dios. Sus manos firmes en el timón. Por eso me gusta, por eso lo sigo”.
Ser cristianos no es final de nada… es el comienzo de un camino. Nadie nos garantiza la felicidad en el recorrido, pero sí vale la pena caminar con quien está dispuesto a ser compañero de viaje en el camino de la verdad, la honestidad, la lucha por la justicia, por la igualdad de todos los hombres y mujeres de nuestro mundo.