JESÚS SIEMPRE TIENE LAS PUERTAS ABIERTAS


Lunes 6 de enero
Adoración de los Reyes Magos
Mateo 2,1-12

Los magos vieron rápidamente a Jesús porque la cueva donde nació no tenía puertas.
A Dios le repugnan las puertas. Las quiere siempre abiertas para que todo el que quiera verlo y hablarle y adorarle no necesite ni llamar, ni tocar el timbre, ni pedir visita previa con hora fija.
Dios está abierto siempre y a todos. No hace distinciones. El Niño no se fijó si el uno era negro y el otro blanco y el otro amarillo. Ni se asustó viendo lo grandes que era los camellos. Sencillamente les recibió con una sonrisa.
El Dios de la Epifanía no es el Dios de las puertas cerradas.
Tampoco a Jesús hay que pedirle visita previamente.
Es el Jesús de las puertas abiertas a todos.
Es el Jesús que siempre está disponible a recibirnos.
Es el Jesús que nunca está ocupado para atendernos.
Es el Jesús que siempre está disponible para todos nosotros, llevemos oro, incienso y mirra, o simplemente llevemos la cesta de la compra.
¿Por qué nosotros no empeñaremos tanto en encerrar a Jesús?
Solemos decir: “Que todo el año debiera ser Navidad”. Y estoy de acuerdo. Pero yo añadiría: “Todos los días debiera ser Epifanía”, Jesús con las puertas abiertas dispuesto a recibirnos a todos y a aceptarnos y charlar con todos. Jesús que cada día nos dice: “Pasad, la puerta está siempre abierta”.