SEAMOS ESPEJO DEL MENSAJE DE JESÚS


Domingo 1 de diciembre
1º de adviento
Mateo 24,37-44

Adviento el tiempo en que Jesús nos dice que no podemos vivir en la desesperanza, afianzados en los bienes de este mundo, que llamamos “dinero, egoísmo, ande yo caliente…aquí no hay nada que hacer, el mundo no tiene remedio, la política es pura farsa…” y tantos otros slogans cargados de pereza y de frivolidad. Adviento es el tiempo en el que oímos que un cristiano debe nadar contra corriente, y contra toda esperanza, que hemos de creer en la esperanza que Jesús nos trae.
El deseo de Jesús al nacer es que nuestra vida sea una manifestación actual que resulte más inmediata, más cercana, para quienes conviven con nosotros de su vida en nuestro mundo, de su presencia en nosotros, de que los misterios que vamos a contemplar en estos días se dejen ver en nuestra vida. Esto exige de nosotros momentos de sosiego, de paz interior para contemplar, para hacer nuestra la vida de Jesús, y reflexionar también en la nuestra.
Por eso este tiempo de Adviento ha de estar abierto a una reflexión necesaria para mantener nuestra conciencia lúcida. Nuestros encuentros con Jesús son los momentos fundamentales que necesitamos para apoyar y revisar nuestros criterios, para fijar las normas básicas que presidan nuestro comportamiento.
No olvidemos el mensaje de este día: Jesús nos invita a que su ejemplo de vida vaya penetrando en nosotros y seamos espejo donde se pueda mirar nuestra familia, en el trabajo, en nuestra vida social seamos capaces de manifestar que el Espíritu de Jesús mora en nosotros, que nos ayuda a mirar a los demás, a respetarnos, a prestar ayuda, a vivir con el afecto, con la dignidad de hijos de un mismo Padre, que nuestra vida manifieste la realidad que vivimos al ser hermanos  suyos.