JESÚS NOS HACE LIBRES PARA ELEGIR.
Domingo 26 de agosto.
21º del tiempo ordinario.
Juan 6,60-69
Jesús no es un turista, se hizo ciudadano, para quedarse con nosotros.
Jesús no es un mirón, vino a trabajar y transformar el campo, a sembrar la semilla de un mundo mejor. Desde entonces huele más a Dios.
Un autor anónimo escribió estos versos:
Me llamas Señor y no me obedeces,
Me llamas Luz y no me ves,
Me llamas Camino y no lo andas,
Me llamas Vida y no me deseas,
Me llamas Sabio y no me sigues,
Me llamas Justo y no me amas,
Me llamas Rico y no me pides,
Me llamas Bondad y no confías en mí,
Me llamas Noble y no me sirves,
Me llamas Poderoso y no me honras,
Me llamas Justo y no me temes,
Si te condeno, no me eches la culpa.
Hay muchas razones para abandonar a Jesús, tal vez, la principal sea que no queremos dejar a Dios trabajar en el campo de nuestra vida. Queremos ser protagonistas y le dejamos a un lado.
Jesús nos pide serle fieles como él nos es siempre fiel.