Domingo 21 de diciembre.
4º de Adviento
Lucas 1 26-38
La
ANUNCIACIÓN POR EXCELENCIA, no es a un rey o personaje ilustre, sino a una
joven desconocida, perdida en una aldea insignificante… Casada con José de la
estirpe de David, y también ella quería edificar una casa. Pero Dios le cambió
los planes, y la convirtió en templo suyo a ella.
Momento
único y maravilloso. Y la respuesta fue positiva: “He aquí….
La
Tercera Anunciación se repite ahora mismo. El ángel de la anunciación no ha
terminado sus encargos. Pero esta vez no es alado, ni tiene por qué ser un
profeta consagrado. El ángel puede ser cualquiera, incluso puede ser una
palabra o un acontecimiento.
Y el
mensaje siempre será propuesta de amor. No
te pedirá el Padre la ofrenda de una casa, pero sí que quiere hacer de ti una
casa, o mejor… quiere hacer de ti su casa. Eso es Navidad y Jesús sigue
buscando una casa para nacer.
La anunciación
se repite, porque Jesús sigue necesitando de una madre que lo acoja en su
corazón, o de un padre que lo defienda, o de un hermano o hermana que comparta
sus bienes; o de un amigo que a todos perdona, que a todos quiere, que se
especializa en derribar los muros que separan a los hombres.
Jesús
quiere anunciarte que se HA FIJADO EN TI, para que seas:
Su profeta, el que defiende a los que sufren, el que
denuncia las injusticias, el que descubre las raíces de la incomprensión y
manifiesta las situaciones o estructuras de la indiferencia.