Domingo 13 de octubre
28 del tiempo ordinario
Lucas 17,11-19
Todos
celebramos el que los derechos de la persona sean una conquista significativa
en el progreso de la humanidad, pero debe de existir también un progreso en
afianzar actitudes fundamentalmente humanas, una de ellas es la gratuidad y el
ser agradecidos.
Es
la llamada de Jesús de hoy, que nos invita a pensar que no podemos ser humanos
sin ser agradecidos, sin acoger agradecidos cuanto vamos recibiendo en nuestra
vida. Recibimos de los demás la vida, la salud, la cultura, el vivir diario.
Aprendemos a hablar, a trabajar, nos relacionarnos y construimos nuestra propia
personalidad en el trato social, a partir de lo que recibimos de los demás.
Todo nos viene dado.
Alguien
pudiera decir que el agradecimiento no es la idea central del mensaje
cristiano, que lo prioritario es el amor al prójimo. Es cierto que el amar al
prójimo es el mandamiento de Cristo, pero, ¿quién puede dudar de que el
agradecimiento sincero no es una manera de darse gratuitamente, de amar, de
confiar? ¿quién duda de la gratuidad del primer gran acto creador de Dios?
Estamos
llamados a vivir en una plenitud de vida en actitud gozosa de agradecimiento a
Dios nuestro Padre con todos nuestros hermanos, aún con los alejados a nuestro
entorno, llamados todos a la vida que Jesús vive junto al Padre. ¿Lo
agradecemos?