JESÚS SOLO HAY UNO, LO DEMÁS NOS LO INVENTAMOS NOSOTROS

Domingo 24 de septiembre
25 del tiempo ordinario
Mateo 20,1-16

¿Qué pensamos de Jesús? Es una pregunta fundamental que todos los creyentes debiéramos de planteárnosla con cierta frecuencia. Porque hemos de reconocer que quizá sin darnos cuenta, tendemos a construir un Jesús a nuestra imagen y semejanza. Y le atribuimos a Jesús nuestros rasgos, nuestra manera de pensar y de vivir… con lo que corremos el riesgo de construir una caricatura de Jesús. Y tendríamos que preguntamos ¿qué Jesús es el que rechazan muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo: el de Jesús de Nazaret o la caricatura que los cristianos hemos puesto en circulación?      
            ¿Cómo puede hoy un hombre encontrarse con Jesús?
Si se acerca a los creyentes es muy posible que nos encuentre rezando no al Jesús verdadero, sino a un pequeño ídolo sobre el que proyectamos nuestros intereses, miedos y obsesiones; y al que muchas veces pretendemos utilizar.
Un Jesús que es acogida y ternura nunca podrá ser descubierto por los hombres si ven en nosotros: personas insolidarias, frías y calculadoras, que lo único que les interesa es acrecentar su propio poder o su bolsillo. Un Jesús que es mirada misericorJesúsa, perdón que acoge, no podrá ser captado por los hombres si ven en nosotros personas que vivimos en continua tensión con quienes nos rodean, si nuestro corazón y nuestra boca rezuman constantemente rencor, envidia y odio…
Un Jesús que es Padre y que nos invita a su mesa, para alimentarnos de su amor y de su vida… ¿cómo van a creer en él? Quienes después en nuestras conversaciones habituales nos escuchan a los que venimos a Misa que despellejamos al sacerdote o nos despellejamos entre nosotros… con todo tipo de chismes y de cuentos… ¿Con qué Jesús se encuentran ahí? ¿En qué Jesús creen?..
Mal servicio se hace a la causa de Jesús, presentando las prácticas religiosas como sistemas de intercambios, negocios y ganancias, Como si el Padre de Jesús y Padre nuestro estuviera, a todas horas con el libro de cuentas en la mano para luego pagarle a cada cual lo que se ha ganado. A mí me parece que Jesús se merece un poco de respeto y nada tiene que ver con todos estos chalaneos humanos… Desterremos en nuestras relaciones con Jesús la calculadora y el comercio… y dejémonos llevar por el corazón y la misericordia.