Jesús,
gracias por tus palabras que nos dieron
vida
y por tu mano que nos regalaron la salud
Jesús, gracias por tus gestos
que nos hicieron pensar en tu compromiso con los demás
y, por tus ojos, que nos llevaron a creer en los demás
Gracias, Jesús, por tus caminos
que nos hicieron abandonar los nuestros
egoístas y perdidos en sí mismos
o colapsados del polvo, mentira y
tristeza
Después de tu tiempo, marcha Jesús por el mundo
pero, desde las alturas, no dejes de guiarnos.
Que, nuestras voces, necesitarán de tu voz
que, nuestros pies, pedirán impulso de tu Espíritu
que, nuestro corazón, reclamará amor de tu Amor.
¡MARCHA, JESÚS, PERO ACOMPÁÑANOS!
Que, en tu camino, queremos agarrarnos nosotros
para compartir y ansiar tu compañía
Que, en tu camino, nos dejas pistas y senderos
que conducen hacia esa Ciudad de justicia para todos
Que, después de tu trabajo valiente y sincero
mereces ser tomado como ejemplo
en ese lugar cerca del Padre, en estancia de amor
¡MARCHA, JESÚS, PERO ACOMPÁÑANOS!
Que, sin tu mirada, nuestras miradas caerán hacia el suelo
Que, sin tu mano, nuestros ideales se cruzarán de brazos
Que, sin tus palabras, nuestros labios se cerrarán en dique seco
Que, sin tu corazón, nuestros amores serán necios o mezquinos
¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!
No te decimos, Jesús, adiós sino ¡hasta pronto!
Porque, bien sabemos, amigo y compañero,
que todo lo que dices o prometes, siempre cumples
¡MARCHA, SEÑOR, PERO NO TE OLVIDES DE NOSOTROS!